miércoles, 2 de julio de 2008

Vivir la Historia

Hace unos días que tenía pensada mi nueva entrada. Hablaba de celebraciones mundiales multitudinarias, de reivindicaciones históricas, de nuevos escenarios en los que poco a poco me voy sintiendo más segura, más yo, de la importancia de no perder el acento para ser ampliamente celebrada.... en mi vida me he visto obligada a decir tantas veces gracias... tiene, nunca mejor dicho, su gracia. Pero no encontraba el momento para sentarme delante del ordenador a contar mis peripecias del fin de semana. La euforia de la llegada ha disminuido, se nota, y ya poco a poco voy acomodándome a la normalidad de la vida trabajadora. Así, el final de la jornada me encuentra muerta y con ganas de irme a la cama, hacía tiempo que no sentía la disciplina laboral y el tranquilizador cansancio de ir avanzando en mis cosas.

Pero hoy no he trabajado mucho. Por la mañana si he trabajado juiciosa, pero después de almorzar cuando estaba sentándome en la mesa escuché que en la tele daban la noticia de la liberación de Ingrid Betancourt y otros 14 secuestrados y bueno, ahí se acabó mi labor de hoy. Ha sido una tarde de radio, televisión e Internet. Son muchos los años en los que la imagen de esta buena señora nos ha acompañado, muchas veces como si fuera la única, de hecho mis discutidas simpatías hacia su persona son ampliamente conocidas, pero siento que hoy es uno de esos días en los que recordaré qué estaba haciendo cuando me enteré de la noticia. Igual que recuerdo que cortaron la emisión de barrio Sesamo y vivimos la explosión del Challenger en directo, el telediario con las primeras imágenes de la caída del muro de Berlín, que estaba con mi hermana viendo la tele el 11-S, que desayunaba en la mesa de mi primera casa en Bogotá el 11-M, que cenaba en el apartaestudio de Jordi en París cuando murió Juan Pablo II... pequeños retazos de mi historia en los que me sentí viviéndola.

En cuanto a la liberación, y que conste que me alegro muy mucho, es curioso cómo la misma expresión implica sensaciones tan distintas. La definición del rescate como "de película" por el ministro de defensa no tiene nada que ver con la misma frase en boca de Mária... la incredulidad, la inquietud, el esceptisimo y el surrealismo no tienen cabida en la primera.

3 comentarios:

lucresia dijo...

Oye, siempre que sales de Pamplona, pasa algo ... ¿será que en el fondo eres un poco bruja?¿o que viajas mucho?¿o las dos?

vanessa dijo...

jajaja, esa kucresia siempre buscandole la quinta pata al gato!

yo solo me acuerdo de lo que estaba haciendo cuando el 11-S. de resto....

habra que ser historiadora para "viir la historia"

Anónimo dijo...

y ahora? creo, que estás viviendo mi historia.