Huesca... Zaragoza.... La Roca de San Cayetano....

Menudo acueducto el nuestro.
El cuenta kilómetros de mi coche ha dado una vuelta y media.

Es lo que tiene....

Llegar a Huesca y pasar la noche allá.
Levantarse y desayunar en Huesca
Comer en Zaragoza. Y ser testigos de una mutación humana, lástima de fotos!!!!
Cenar en un área de servicio en medio de la nada, con lo peligrosas que son.
Y dormir en un bonito, y un tanto kitsch, pueblito llamado Roca de San Cayetano.

Cinco días que han dado para mucho.....
Para caminar y caminar y disfrutar de un tiempo espléndido.
Para subirme a un ortostato, a otro!!!


Para ser asustada, reiteradamente, por cerdos salvajes y conejos diabólicos.
Para quemarme y pasar a ser, de nuevo, fresita.
Para perderle un poco de cariño a Julian Moore.
Para culturizarnos un poco.
Para ser testigo en primera persona de como una alergia se extiende por el cuerpo humano. Y yo que al principio pensaba que era una de tus pataletas...
Para comprobar que el servicio de urgencias de Zaragoza funciona muy bien.
Para ganar, como no, al trivial.
Para volver a comprobar que mola mucho no ser la que siempre conduce.
Para pasear a la luz de la luna por un pueblo vacio y por la orilla del mar.


Para disfrutar de una terraza que mira, más o menos, al mar: desayuno, comida y cena.
Para darme mi primer chapuzón marítimo del año. ¿Quién dijo que el mediterráneo era una sopa?


Para comprobar lo cachas que está el periodista.
Para demostrar mis habilidades con una raqueta. Tiembla Nadal.
Para descubrir que soy muy mala en las carreras de coches, siempre al borde, y dentro, del abismo. Wiiiiiii
Para conocer y descubrir Tarragona.
Para ser la única que es capaz de lanzar los bolos hacia atrás y luego hacer un pleno.
Para descubrir, y dejar a todo el mundo flipado, que soy una boxeadora nata. La única que dejó KO a Kathrin fui yo!!!!!!!!!
Para "desaprovechar" el buen tiempo jugando, jugando y volviendo a jugar a la Wii. Todavía me duele la espalda, el hombro y el brazo.


Para disfrutar de mis copilotos.
Para traficar con paté, jamón y queso.
Para llegar a facturar al límite del tiempo.
Para disfrutar del paisaje de la que siempre será mi casa.

Para empezar con las despedidas.